Frente a la edad media imaginada está la realidad de la investigación histórica armada de la mejor filología y provista de una metodología exigente que estudia cómo se articulan los distintos poderes en la edad media, el papel de la jerarquia, los señorios rurales o la hegemonia urbana. ¿Se pueden reconciliar ambas visiones? Es lo que ha hecho Giuseppe Sergi en este pequeño pero densisimo libro: unificar las dos tipologias de imagenes, evitar la esquizofrenia y recomponer la unidad de un periodo historico de mil años que constituye para nosotros un esplendido laboratorio, una riquisima cantera en la que nos es dado observar las estructuras y los hombres en un juego abierto, complejo y fascinante.
Frente a la Edad Media imaginada está la realidad de la investigación histórica armada de la mejor filología y provista de una metodología exigente que estudia cómo se articulan los distintos poderes en la Edad Media, el papel de la jerarquía, los señoríos rurales o la hegemonía urbana. ¿Se pueden reconciliar ambas visiones? Es lo que ha hecho Giuseppe Sergi en este pequeño pero densísimo libro: unificar las dos tipologías de imágenes, evitar la esquizofrenia y recomponer la unidad de un período histórico de mil años que constituye para nosotros un espléndido laboratorio, una riquísima cantera en la que nos es dado observar las estructuras y los hombres en un juego abierto, complejo y fascinante.
El presente volumen es el primero de los cuatro que conforman la obra Arte e Historia en la Edad Media, cuyo propósito es explorar el amplio terreno en el que se encuentran las experiencias de la historia y el arte medievales. Los protagonistas de esta primera entrega son el tiempo, el espacio y las instituciones. No obstante, habria que referirse a tiempos, en plural: los tiempos del Oriente bizantino y del Occidente, que no son solo los tipicos de la Iglesia y de los mercaderes, sino tambien los de las canterias, los del orfebre y los del escultor, hasta llegar a los de los historiadores del arte, que, a su vez, intentan imponer la medida y los limites constrictivos del estilo. Junto a los tiempos, los espacios, los itinerarios, los paisajes, los de la ciudad y los del campo y sus representaciones. Y por ultimo, las grandes instituciones religiosas y laicas, la Iglesia, el Papado, el Imperio y, dentro de estas, los artistas que se mueven, los modelos que circulan y las clases dominantes que, con su estilo de vida, condicionan tambien la actividad artistica.
Los textos de este volumen abordan el problema de los destinatarios de las obras de arte, de la actitud del público ante las imágenes o de la utilización de dichas obras, tanto en el ámbito occidental como en el Oriente bizantino. Se examinan asimismo determinados usos particulares de las imagenes, sin olvidarse del componente placentero y de consumo vinculado a ciertas piezas, como es el caso de los manuscritos iluminados. Al observar la relacion establecida y desarrollada entre el publico y las obras de arte, este libro presenta a la sociedad medieval como un contexto activo, del que fueron protagonistas comitentes, espectadores y artistas.