China se ha convertido en un inmenso taller. Con el desarrollo capitalista, por un lado, y la tradición comunista, por otro, ofrece el espectáculo de un país que recupera el camino del progreso en medio de un increible desorden. Desde hace diez años acumula exitos: se ha desarrollado y consolidado en el interior; se ha comprometido con el mundo exterior y realiza una politica mas ambiciosa, especialmente frente a Estados Unidos y en Extremo Oriente. Sus exitos estimulan una salida implicita, e indiscutible desde hace poco, respecto de las vias tradicionales del comunismo. Pero China es un coloso con pies de barro. La situacion interior sigue siendo fragil y los cambios de la sociedad la hacen peligrosa. Las protestas se multiplican en las ciudades y en el campo, mientras que cien millones de emigrantes circulan por todo el pais. Los dirigentes evitan debates cada vez mas necesarios, lo que hace presagiar graves peligros en el futuro. China ha entrado en la OMC, pero antes de acoger los Juegos Olimpicos aun debe ganar en madurez y construir una relacion equilibrada con el resto del mundo.