Luis A. Ruiz Casero (Alcalá de Henares, 1985) es Doctor en Historia por la UCM y arqueólogo por la Universidad de Alcalá, habiendo cursado dos Másters en Arqueología y Educación. En 2015 publicó una monografía sobre la olvidada batalla del Sur del Tajo durante la Guerra Civil española, conflicto en el que ha centrado su actividad investigadora. Forma parte del equipo de Alfredo González Ruibal (Incipit-CSIC) y del departamento de Arqueología y Recursos Culturales de AUDEMA, con quienes ha participado en varios proyectos arqueológicos sobre la Guerra Civil. Es miembro de la Asociación Española de Historia Militar y ha publicado artículos en editoriales como Archaeopress, Springer o Desperta Ferro. Su tesis doctoral lleva por título "Los flancos del asedio de Madrid. Un estudio comparado de los frentes estabilizados de Toledo y Guadalajara (1937-1939)", y fue realizada bajo la dirección de Gutmaro Gómez Bravo. Entre sus líneas de investigación pueden mencionarse el estudio de la Guerra Civil en los frentes secundarios, la pervivencia de la mujer en primera línea tras la militarización de las milicias; así como la materialidad del conflicto y la didáctica del patrimonio.
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La cárcel de Carabanchel, construida en 1940 por mano de obra esclava republicana, fue la más grande y masificada de las prisiones que poblaron la España de posguerra. Todo en ella, desde su diseño panoptico a la sucesion de abusos, la convirtio en buque insignia de la represion del franquismo, su Estrella de la Muerte.Su cierre en 1998, abandono y posterior demolicion en 2008 supuso tambien la perdida de la mayoria de su archivo. A pesar de este holocausto documental, el historiador Luis A. Ruiz Casero, con el apoyo de la Plataforma por el Centro de Memoria de la Carcel de Carabanchel, ha logrado construir una pormenorizada y finisima historia general de este patrimonio doloroso e incomodo.En este libro, Ruiz Casero no solo da cuenta de los mecanismos opresivos del regimen sino tambien de la vida cotidiana de los presos: la importancia del papel de las mujeres de los reclusos mientras construian la prision, los metodos de algunos de los mas terribles torturadores, las diferentes formas de union y resistencia de los encarcelados, su ingenio para poder despedirse de los prisioneros que serian ajusticiados al amanecer, la formacion de la COPEL, y los continuos intentos de fugas, algunas exitosas.Ningun edificio condensa la historia del siglo XX en España como la carcel de Carabanchel. Entender la carcel es entender el franquismo, la Transicion y las primeras decadas de la democracia. Luis A. Ruiz Casero, con su envidiable capacidad para revivir la historia, nos ofrece la biografia apasionante de un espacio de represion que marco a la sociedad española durante seis decadas. Una lectura imprescindible para entender de donde venimos y, en muchos sentidos, donde estamos.Alfredo Gonzalez-Ruibal, Premio Nacional de Ensayo 2024
Tras la dramática toma de Toledo en septiembre de 1936, la liberación del derruido Alcázar y la resistencia que en él ofrecieran los insurgentes se convirtieron en un mito que acabaría por ocultar no ya lo ocurrido en la sublevacion y asedio, sino tambien todo lo ocurrido anteriormente
Tras el cruento ciclo de batallas en torno a Madrid que se sucedieron durante el primer invierno de la Guerra Civil española, parecería que la lucha en los flancos de la capital se había extinguido. Pero en los frentes estabilizados de Toledo y Guadalajara la matanza no habia hecho mas que empezar. Madrid nunca dejo de ser un objetivo militar de primer orden para los ejercitos en lucha, que ansiaban defenderla o expugnarla a cualquier precio. En consecuencia, en los sectores del Centro se libro a lo largo de dos años una guerra olvidada, a una escala hasta ahora desconocida, que causo un enorme sufrimiento a quienes la vivieron. En Toledo y Guadalajara se sucedieron los golpes de mano, los bombardeos, y las razias hasta el final de la guerra, y en ocasiones tuvieron lugar alli operaciones importantes, en las que intervinieron miles de hombres apoyados por abundante artilleria, carros y aviacion. Con contadas excepciones se trato de un conflicto sordo, desdibujado, librado en lugares remotos, sin aparente influencia en el desarrollo global de la guerra. Las fuentes dibujan de manera inequivoca un escenario de terror cotidiano mas alla de las grandes batallas bien conocidas de Brunete, Teruel o el Ebro, que poco tiene que ver con los frentes en calma que algunos historiadores han descrito. Una guerra cruel, aspera, en la que los combatientes morian en el paramo sin la patina gloriosa de las grandes maniobras. La muerte no entiende de gestas. De este relato de las operaciones libradas en los frentes de Castilla, estos frentes olvidados, emerge una nueva narrativa de la Guerra Civil, con despliegues violentisimos aun en los sectores mas apartados, y unos oponentes porfiados que libraron un combate sin cuartel.
Tras el cruento ciclo de batallas en torno a Madrid que se sucedieron durante el primer invierno de la Guerra Civil española, parecería que la lucha en los flancos de la capital se había extinguido. Pero en los frentes estabilizados de Toledo y Guadalajara la matanza no habia hecho mas que empezar. Madrid nunca dejo de ser un objetivo militar de primer orden para los ejercitos en lucha, que ansiaban defenderla o expugnarla a cualquier precio. En consecuencia, en los sectores del Centro se libro a lo largo de dos años una guerra olvidada, a una escala hasta ahora desconocida, que causo un enorme sufrimiento a quienes la vivieron. En Toledo y Guadalajara se sucedieron los golpes de mano, los bombardeos, y las razias hasta el final de la guerra, y en ocasiones tuvieron lugar alli operaciones importantes, en las que intervinieron miles de hombres apoyados por abundante artilleria, carros y aviacion. Con contadas excepciones se trato de un conflicto sordo, desdibujado, librado en lugares remotos, sin aparente influencia en el desarrollo global de la guerra. Las fuentes dibujan de manera inequivoca un escenario de terror cotidiano mas alla de las grandes batallas bien conocidas de Brunete, Teruel o el Ebro, que poco tiene que ver con los frentes en calma que algunos historiadores han descrito. En el libro Sin lustre, sin gloria. Toledo y Guadalajara, frentes olvidados de la Guerra Civil, Luis Ruiz Casero, con una prosa que situa a su obra en la mejor tradicion de los grandes autores de historia militar, retrata esta guerra cruel, aspera, en la que los combatientes morian en el paramo sin la patina gloriosa de las grandes maniobras. La muerte no entiende de gestas. De este relato de las operaciones libradas en los frentes de Castilla, estos frentes olvidados, emerge una nueva narrativa de la Guerra Civil, con despliegues violentisimos aun en los sectores mas apartados, y unos oponentes porfiados que libraron un combate sin cuartel.