Manuel Raboy, que firmaba su trabajo como Mac Raboy, inicia en este libro su larga andadura de casi veinte años al frente de las páginas dominicales de Flash Gordon, en sustitución de Austin Briggs. Dibujante de formacion clasica, procedente del comic book, donde habia ilustrado a personajes como Green Lama, Doctor Voodoo y, sobre todo, Captain Marvel Jr, su estetica luminosa y las proporciones aureas de sus personajes remiten de inmediato al creador del personaje, Alex Raymond. Flash Gordon, Dale Arden y la infinita sucesion de hermosas reinas y princesas que aparecen ahora y siempre en el titulo recuerdan la belleza de la serie en los mejores momentos de su creador. Ayudado por un colorido deslumbrante, que ahora el lector español (¿el lector mundial?) puede apreciar por primera vez, Flash Gordon supone una continuidad en el tiempo, la fidelidad a una estetica y un acercamiento al mito por parte de un dibujante que no temio enfrentarse a la comparacion.
Tras incidentes sin cuento en su periplo de regreso desde el planeta Mongo a la Tierra, Flash, Zarkov y una doctora especializada en cibernetica suben a un cohete robot que no necesita de presencia humana para surcar el espacio… y que se rebela contra los humanos por protegerlos primero y por protegerse a si mismo despues. Flash Gordon ya se enfrento a un emulo de H.A.L. 9000 ocho antes de 2001 una odisea del espacio.
Flash Gordon y Dale Arden han vuelto a la Tierra. Pero su experiencia como pioneros del espacio los lleva a prestar servicios al planeta en la construcción de una estación espacial donde pronto llamaran la atencion de los seres inteligentes y malignos que habitan los otros planetas de nuestro sistema solar. Los monstruos increibles y las reinas y princesas caracteristicos de la serie se unen ahora al gusto por la exploracion del cosmos, el diseño deslumbrante de las astronaves que se derriten como metal fundido cuando se estrellan, y el acercamiento, desde la fantasia, a los primeros pasos de la carrera espacial tal como se soñaba a principios de los años cincuenta.
El héroe del futuro por antonomasia nos ofrece historias breves. Mac Raboy y sus anónimos guionistas (Don Moore, Robert Rogers) ya han sido capaces de aligerar las tramas renunciando a los textos al pie y la novelizacion de lo que ocurre en cada viñeta, pasando al bocadillo que da mayor ritmo a lo que se cuenta, y quizas por eso se pasa de la dominical con dos tiras a la de tres.El Flash Gordon dominical vive en un impreciso momento donde lo mismo salta mas alla del confin del sistema solar que se enfrenta a extrañas razas de enanitos del subsuelo terrestre o se reune en un drugstore que parece preludiar American Graffiti y donde los camioneros o jovenes aficionados al motor se convierten en pilotos del espacio.