Una novela de Ricardo Silva Romero.Juana Villegas, un mujer de 29 años que se ha quedado sin madre, sin empleo, sin dinero, camina hacia el consultorio en donde va a interrumpir su primer embarazo: se resiste a ser la mama de algun hijo de su futuro esposo, no quiere darle explicaciones a su papa ni a su hermano menor, se niega a que la gente que la ha visto como un ejemplo se entere de que ha caido en el peor lugar comun de las adolescentes. Todo sucede ese dia: ella va a abortar en un momento, en unos cuantos minutos, pero, como el mundo no tiene por que detenerse, los hechos, las preguntas, las conjeturas comienzan a perderse en su propia cabeza. Tendria que llover, para que todo fuera peor de lo que es, pero finalmente no llueve. Reseñas: Silva Romero nos muestra, en esta tercera entrega, su sensibilidad absoluta ante el diario acontecer de este mundo contemporaneo, en el que las personas parecerian simplemente deslizarse, pero nunca comprometerse. Sin embargo, Silva es consciente de que ya no nos podemos hacer los de la vista gorda: que con cada acto o no-acto nos sobrecoge la sensacion de la imposibilidad detras de la que se esconde lo que tanto nos afana reconocer: la culpa. Es un libro que vale la pena leer porque, gracias a ese genial manejo de la narracion, uno lo lee al ritmo del tiempo escrito; porque nos muestra un cuadro que es mas una radiografia de esta sociedad bogotana; porque conocemos a cada uno de los personajes; y porque en nuestras vidas tambien ha habido Bernardos, Rodrigos, Jimenas y Carmencitas. Marta Kovacsics, traductora (en Pie de pagina) Por mi parte me aventuro a confesar que recordare por mucho tiempo la vision que de ese universo visible tiene Juana Villegas, la protagonista. Esta novela que carece de tonos e intenciones moralistas; cuyas palabras son llaves, a veces ganzuas, giran y hurgan, y abren espacios con sentimientos renovados, donde se apuesta por una forma de ser en el mundo, a pesar del mundo. Mas optimistas quizas, alimentados por una nueva especie de fe, naturalmente no religiosa, sino algo muy vecino a la esperanza en el genero humano (a pesar de que sobren motivos historicos para no tenerla). John Jairo Junieles, escritor (en Letralia) Asi empieza su nueva novela, la tercera, construida rigurosamente con la precision de aquellos relojeros que vemos a veces, en el centro o chapinero, en un local pequeñito, con una lupa pegada al ojo, examinando minuciosamente las partes del reloj que permiten que creamos que el tiempo va avanzando. Pasando. Esa es su novela: la percepcion de como pasa el tiempo mientras esperamos un instante decisivo y lo que acompaña esa espera, ese lento percibir del transcurso de los minutos, esa necesidad apremiante de que el tiempo corra, que pase rapido, que lleguen ya las seis y media. Alvaro Castillo, librero de San Librario
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