Walter Hines Page relató de forma anónima en Confesiones de un editor (1905) los defectos de la profesión al mismo tiempo que desveló sus opiniones con respecto al mundo de la edición. Los críticos del New York Times le reprocharon que hubiera titulado el libro de una manera engañosa, pues implicaba que Page estaba confesando sus propias malas conductas. El libro, sin embargo, fue elogiado por informar al publico general acerca de la corrupcion que impregnaba la industria editorial en aquel momento. Page analiza en esta coleccion de articulos las razones que subyacen al exito de unas publicaciones sobre otras. Tambien señala los efectos que la comercializacion de la literatura ejerce sobre la calidad de los contenidos. El libro supone toda una declaracion de intenciones para cualquiera que deseara convertirse en editor en los albores del siglo xx y un texto del todo relevante para el nuevo milenio.