Nos han mentido sobre el paso de los años: no desmantela, no grita, no quiebra. Jamás el tiempo es el responsable, sino la condición humana, que ordinariamente suele entregarse a las rutinas, a las ruinas, con la maleducada creencia del conformismo y la desesperanza, sin reconocer aun, pese al retrato de la (r)evolucion historica, que todo cuanto no hay (un puente, un paracaidas, un abrigo, una guerra) puede construirse una vez mas desde cualquier punto del tablero, porque todo inoportuno final siempre supone un oportuno comienzo. Asi, los personajes que trashuman por Caracter retroactivo hacen de su pasado bandera y eslabon; hombres y mujeres empeñados en perderse para intentar encontrarse, como no, en el ayer, sin demasiado conocimiento de causa, donde el olor de la granadina nunca fue mas dulce, pero si habia mayor apetito, deseo, valor, conviccion. Estos nueve textos, retratos de esa intimidad en las relaciones interpersonales, de seres (un editor deshabitado, un escritor traspapelado, un hermano desabrigado, un jugador de futbol sala empecinado) perdidos todos entre la ironia del dia a dia, pisan sobre el terreno de la soledad, la incomunicacion, la culpa, el miedo, la identidad emocional, la concepcion del fracaso, en una busqueda perpetua por sentirse queridos, por recuperar exactamente aquello que alguna vez fue: el amor como hogar. Jose Iglesias Blandon, en esta esplendida coleccion de relatos, radiografia lo cotidiano con franqueza y mordacidad: un viaje de interior para explorar nuestra contemporaneidad desde el reconocimiento espejado, el cuestionamiento permanente, la precision para posar su camara en ese dolor exacto, en esa sonrisa pertinente. Siempre lucida y descarnada, su escritura desarma para, toda vez despojados de proteccion, ya desnudos, disparar sobre la piel.
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