Con un derroche de estilo diáfano, inusual para la época, Jenofonte relata en Anábasis los infortunios y hazañas de la fuerza que ayudó a Ciro el Joven en sus pretensiones al trono persa en contra de su hermano, el rey Artajerjes. El lector tiene entre sus manos uno de los grandes relatos de la antigüedad, meritorio en su categoría de clásico.
Ficha técnica
Editorial: Editorial Verbum, S.L.
ISBN: 9788490747759
Idioma: Castellano
Número de páginas: 210
Tiempo de lectura:
4h 57m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 28/11/2018
Año de edición: 2018
Colección:
Ensayo
Ensayo
Especificaciones del producto
Escrito por Jenofonte
Jenofonte (ca. 431 a. C. - 354 a. C.) fue un historiador, militar y filósofo griego, conocido por sus escritos sobre la cultura e historia de Grecia. Nació en las cercanías de Atenas, en la región de Ática, durante la segunda mitad del siglo V a. C., en el seno de una familia acomodada. Su infancia y juventud transcurrieron durante la Guerra del Peloponeso (431-404 a. C.), en la que participó formando parte de las fuerzas ecuestres. Fue discípulo de Sócrates y escribió diálogos inspirados en su persona. Durante el gobierno de los Treinta Tiranos, Jenofonte se unió a una expedición de mercenarios griegos a Persia conocida como la Expedición de los Diez Mil, contratados por el príncipe persa Ciro el Joven, que se enfrentaba con su hermano mayor Artajerjes II, el rey de Persia. El relato de Jenofonte sobre esta expedición lleva por nombre Anábasis y es su obra más conocida. Tras regresar a Grecia, Jenofonte entra al servicio del rey espartano Agesilao II, que comandaba un cuerpo expedicionario griego para proteger las ciudades griegas de Asia Menor de los persas (396 a. C.). Sin embargo, la alianza griega pronto se rompió y en el 394 a. C. tuvo lugar la batalla de Coronea, en la que Esparta se enfrentó a una coalición de ciudades griegas de la que formaba parte Atenas. Jenofonte tomó parte en la batalla, al servicio de Agesilao, por lo que fue desterrado de su patria. En cualquier caso, los espartanos le distinguieron primero con la proxenía (honores concedidos a un huésped extranjero) y más tarde con una finca en territorio eleo, en la que comenzó a escribir parte de su prolífica obra. Aquí se le unieron su esposa, Filesia, y sus hijos, los cuales fueron educados en Esparta. En el 371 a. C. se libró la batalla de Leuctra, tras la cual los eleos recuperaron los territorios que les habían sido arrebatados previamente por Esparta, y Jenofonte tuvo que trasladarse a Corinto. Al tiempo, el poder emergente de Tebas originó una nueva alianza espartano-ateniense contra Tebas, por lo que le fue levantada la prohibición de volver a su patria. Sin embargo, no hay evidencia de que Jenofonte retornara a Atenas. Jenofonte es considerado por algunos autores, entre ellos Jacob Burckhardt, como partícipe de la idea del panhelenismo, ya que, a pesar de su simpatía por Esparta en detrimento de Atenas, apoyó la idea de unir políticamente todas las polis griegas.