Este libro es un diálogo, una conversación directa entre Serzo y Palencia, máximo representante de la Escuela de Vallecas, desde sus obras, sus paisajes y sus obsesiones. Es también, como Serzo reconoce, una cuenta pendiente, un regreso consciente al legado de su paisano manchego, que ha ejercido una influencia silenciosa y persistente en su evolución artística.
Es esta una propuesta generadora, que no solo recoge el legado de Vallecas, sino que lo proyecta hacia una posible III Escuela: plural, contemporánea y comprometida, que fortalezca la identidad local para alcanzar lo universal.
Lejos de cualquier costumbrismo o nostalgia paisajística, Serzo propone una resignificación de la raíz como vía hacia lo universal, abriendo nuevas preguntas sobre el lugar del arte, la periferia y la identidad en estos tiempos de hiperconexión y disolución cultural.