La obra del pintor Jorge Oramas (1911-1935) llama enseguida la atención por su extraña pureza, que configura un mundo pictórico al mismo tiempo enigmático y preciso. Ya se trate de paisajes rurales o urbanos, ya de retratos o de bodegones, sus cuadros aparecen definidos por una rara economia y simplicidad, por un espiritu geometrico alzado sobre ''un silencio y apacibilidad casi quietistas'', como asegura el poeta Andres Sanchez Robayna en esta breve e intensa monografia. Un mundo plastico doblemente asombroso en la medida en que Oramas, fallecido a los 24 años, apenas conto con un lustro para realizar su obra, madura ya casi, sin embargo, desde sus comienzos. El estatismo, la objetivacion del espacio -palmerales, tuneras, casas, pitas, colinas-, el mar alto y erguido como limite, parecen plasmar un himno a la hora presente bajo la luz del mediodia atlantico. ''Todo esta aqui -escribe Sanchez Robayna- en un interminable mediodia del ojo.'' Estamos ante imagenes primordiales y primitivas, cercanas tanto a la Nueva Objetividad de la pintura europea de la epoca como a la ''pittura metafisica'', imagenes capaces de entregarnos un instante suspendido en el transcurrir del tiempo.La obra del pintor Jorge Oramas (1911-1935) llama enseguida la atención por su extraña pureza, que configura un mundo pictórico al mismo tiempo enigmático y preciso. Ya se trate de paisajes rurales o urbanos, ya de retratos o de bodegones, sus cuadros aparecen definidos por una rara economia y simplicidad, por un espiritu geometrico alzado sobre ''un silencio y apacibilidad casi quietistas'', como asegura el poeta Andres Sanchez Robayna en esta breve e intensa monografia. Un mundo plastico doblemente asombroso en la medida en que Oramas, fallecido a los 24 años, apenas conto con un lustro para realizar su obra, madura ya casi, sin embargo, desde sus comienzos. El estatismo, la objetivacion del espacio -palmerales, tuneras, casas, pitas, colinas-, el mar alto y erguido como limite, parecen plasmar un himno a la hora presente bajo la luz del mediodia atlantico. ''Todo esta aqui -escribe Sanchez Robayna- en un interminable mediodia del ojo.'' Estamos ante imagenes primordiales y primitivas, cercanas tanto a la Nueva Objetividad de la pintura europea de la epoca como a la ''pittura metafisica'', imagenes capaces de entregarnos un instante suspendido en el transcurrir del tiempo.
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