Los delitos contra la propiedad, especialmente el hurto y el robo, han sido objeto de un gran número de las reformas experimentadas por el Código Penal desde su aprobación en 1995. Aunque, como reconoce el propio legislador, en los supuestos de hurto estamos generalmente ante delitos leves. Todas sus reformas han seguido una linea expansiva, tanto en el numero de supuestos agravados como en la naturaleza y duracion de las penas previstas, a fin de dar una respuesta penal a delitos. Que, "a pesar de su aparente menor gravedad, provocan una mayor sensacion de inseguridad ciudadana".