Oscar Wilde (Dublín, 1854-París, 1900) poseía un sentido del humor y una extraordinaria personalidad, adornada por un cierto barniz de preciosismo decadente, que le abrieron muy pronto las puertas de los circulos literarios de Londres y Paris, ciudad en la que fijaria su residencia a partir de 1882. Este volumen ofrece toda su narrativa breve, pequeñas joyas literarias que el calificaba de estudios en prosa, pensadas tanto para niños como para adultos. Sus primeros relatos (El principe feliz, El ruiseñor y la rosa...), con ecos de Andersen, Hoffmann y la tradicion popular, son fabulas de exquisita prosa, cuyo encanto reside en la ingenuidad y la bondad que exaltan. En El crimen de lord Arthur Savile y otras historias, entre las que destaca el famoso relato El fantasma de Canterville, Wilde da rienda suelta a su vena satirica y humoristica, mientras que en La casa de granadas, influido por el simbolismo decadente frances, se muestra morbido, pagano y sensual, caminando triunfal por la belleza. Al final de su vida, vio derrumbarse su mundo de lujo y escarlata y adopto una etica franciscana, casi a la mistica, al lado de los humildes y los marginados. Falto de estimulo creador, y decepcionado ante el mundo, acabo convertido en uno de sus personajes y murio abandonado, tras alcanzar la bondad despues de una vida de fasto y fulgor.
Obra de clara inspiración autobiográfica, el Retrato del artista adolescente, de James Joyce, relata la historia de la insatisfacción y la rebeldía del propio autor, que le indujo a romper con su familia, sus amigos, su patria, su moral y su fe, para emprender el camino del destierro y convertirse en un eterno expatriado