Cuando leí el manuscrito de Sin tocar el suelo, lo primero que pensé es que Jokin Muñoz había escrito una novela que reflejaba la capacidad de la literatura para reconstruirnos cuando la vida nos ha roto. Esta novela llena de belleza, ternura y algo de melancolia es una reflexion sobre el silencio y las secuelas de la violencia, sobre la transmision -consciente e inconsciente- de la memoria intergeneracional, en este caso entre Luis y su nieta Mei, sobre la dimension subjetiva de la lengua con la que elegimos comunicarnos, sobre el amor en todas sus acepciones, sobre el arraigo y el desarraigo, la busqueda y la huida. Y sobre la literatura -particularmente la poesia- como la herramienta capaz de articular todo ello. A traves de la vida del joven Luis en San Sebastian y Pamplona, Jokin Muñoz nos traslada a los años de la violencia, una violencia que crecia ''invisible'' porque no eramos capaces de verla, una violencia que absorbio y destrozo a parte de aquella juventud que en el momento se denominaba ''alegre y combativa''. La literatura de Jokin Muñoz se caracteriza por su capacidad de crear ambientes cargados de angulos ciegos y de silencios, por examinar como las grandes violencias nos atraviesan y se encarnan en violencias cotidianas y como la complicidad tambien genera daño. Muñoz escribio con extrema lucidez sobre estos temas cuando ETA estaba activa. Ahora, diez años despues del fin definitivo de la actividad armada, el autor nos confronta con la memoria de ese dolor y nos hace ver, una vez mas, que el daño no acaba por decreto y que sus consecuencias siguen vivas mientras siga viva la memoria del dolor. Y asi lo refleja este personaje magnifico que es Luis.Cuando leí el manuscrito de Sin tocar el suelo, lo primero que pensé es que Jokin Muñoz había escrito una novela que reflejaba la capacidad de la literatura para reconstruirnos cuando la vida nos ha roto. Esta novela llena de belleza, ternura y algo de melancolia es una reflexion sobre el silencio y las secuelas de la violencia, sobre la transmision -consciente e inconsciente- de la memoria intergeneracional, en este caso entre Luis y su nieta Mei, sobre la dimension subjetiva de la lengua con la que elegimos comunicarnos, sobre el amor en todas sus acepciones, sobre el arraigo y el desarraigo, la busqueda y la huida. Y sobre la literatura -particularmente la poesia- como la herramienta capaz de articular todo ello. A traves de la vida del joven Luis en San Sebastian y Pamplona, Jokin Muñoz nos traslada a los años de la violencia, una violencia que crecia ''invisible'' porque no eramos capaces de verla, una violencia que absorbio y destrozo a parte de aquella juventud que en el momento se denominaba ''alegre y combativa''. La literatura de Jokin Muñoz se caracteriza por su capacidad de crear ambientes cargados de angulos ciegos y de silencios, por examinar como las grandes violencias nos atraviesan y se encarnan en violencias cotidianas y como la complicidad tambien genera daño. Muñoz escribio con extrema lucidez sobre estos temas cuando ETA estaba activa. Ahora, diez años despues del fin definitivo de la actividad armada, el autor nos confronta con la memoria de ese dolor y nos hace ver, una vez mas, que el daño no acaba por decreto y que sus consecuencias siguen vivas mientras siga viva la memoria del dolor. Y asi lo refleja este personaje magnifico que es Luis.
Ver más