La primera gran novela de Raymond Queneau posterior a Le Chiendent. En el límite entre París y sus suburbios está el parque de atracciones Uni-Park, que limita con una capilla donde se guardan los restos de un principe poldavo: espacio queniano tipico, cruce entre lo real y lo simbolico, lo urbano y lo rural, donde el lugar de diversion y el de meditacion se enfrentan y acaban por confundirse. Pradonet, el dueño del parque, quiere comprar el terreno a Mounnezerques, el cuidador de la capilla, pero este se niega. Pradonet, ademas, tiene una amante, Leonie Prouillet, que aun no ha enterrado su amor juvenil por el tenor Jojo Mouilleminche: pasion reavivada por la llegada al Uni-Park del faquir Croula Bey, hermano de Jojo, quien da a Leonie la triste noticia de que este ha muerto. No menos agitada esta Yvonne, la hija de Pradonet, que no sabe negarse a la solicitud de los hombres y que seduce tambien a Pierrot, empleado en el Palacio de la Carcajada y despues encargado de transportar unos animales para el circo Mamar. Durante el viaje con los animales, Pierrot ira tejiendo una trama cuya incognita, mas que desvelarse, se desplaza: el faquir y el tenor resultan ser la misma persona (felizmente para Leonie, que ha reencontrado a su gran amor), en una circulacion de identidades que incluyen al principe poldavo y al dueño de los animales. El mismo parque de atracciones no escapa al juego de las mascaras y las transformaciones, ni tampoco Pierrot quedara libre, hasta el final, de sorpresas y engaños.Pierrot, doble de Queneau: ambos trabajan en el espacio de la diversion, que es tambien el de la verdad (siempre en fuga), el de las ilusiones, el de las mascaras debajo de las mascaras.Ejercicio de estilo, tambien, sobre la novela policiaca, en la cual la sospecha incide en el funcionamiento mismo del mecanismo literario: Escribiendo Mi amigo Pierrot, decia el propio Queneau, el autor ha pensado que, evidentemente, la novela ideal de detectives (en la que el lector debe volverse malicioso) sera aquella en la cual no solo se ignora quien es el criminal, sino incluso si hubo crimen y quien es el detective.Jean-Marie Cattone, en su libro sobre Queneau, escribio: Pierrot no es solo una parabola hegeliana, en cuanto que puede leerse como una metafora de la desaparicion del hombre como ser historico. Es la primera gran novela de Raymond Queneau posterior a Le Chiendent. Pierrot es el prototipo del heroe queniano, al punto que podemos ver en el un retrato del autor y una alegoria de su filosofia propia.
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